En el camellón de Bosques de Saloya existen alrededor de 100 familias que sufren de carencias por la pobreza extrema, muchas historias y sufrimiento de niños que esperan la ilusión de la Navidad, pero se encuentran muy lejos de alcanzarla.
Entrando por Avenida del Bosque, en el fraccionamiento Bosques de Saloya hasta al final, existe una franja de camellón de protección contra inundaciones, sin embargo, a este sitio, hace más de 20 años llegaron personas -paracaidistas-, a instalar viviendas.
Este sitio se considera un cinturón de miseria por las condiciones en las que viven sus habitantes y la falta de servicios municipales como alumbrado público, calles pavimentadas, agua potable, banquetas, entre otras necesidades básicas.
SIN ILUSIONES
Entre ellos, existen al menos 2 decenas de niños y adolescentes para quienes festividades van y vienen, sin que puedan disfrutar de la alegría de recibir regalos o celebrar, debido a las carencias que tienen.
Niños jugando con piedras y lodo se observan al recorrer la zona; al preguntarle a uno de ellos que, si ya estaban contentos porque llegó diciembre, respondió que no, porque él no recibe regalos ni de Santa ni de los Reyes Magos.
Una de las integrantes de la familia Velázquez señala, “La verdad, aquí lo sentimos más por los niños, porque no tenemos recursos como para comprarles ropa y menos juguetes. La navidad es una fecha como cualquier otra aquí, se come lo que hay y lo importante es que tengamos salud”, indicó.
Guadalupe Rosario Ramírez se desplaza en caminos de tierra y lodo en su silla de rueda, acompañada de su hija y una vecinita que la ayuda a moverse, señala que fue víctima de la diabetes y le cortaron una pierna, indica que ella tiene pensión de discapacitados, pero no le alcanza, debido a su situación y manutención de su pequeña niña, “aquí vivimos como los apestados, la gente nos ve mal porque somos paracaidistas, pero no tenemos donde vivir, y con mi discapacidad me la veo muy difícil, a veces tengo que rogar comida para mí y mi hija”, indicó.