Con un llamado a las mujeres para que se arriesguen en caso de que quieran emprender un negocio, el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM) ofreció este jueves el círculo de reflexión “Empoderamiento de las Mujeres”, a cargo de la empresaria Adriana Sánchez Moreno, copropietaria de una juguetería.
Al iniciar su charla, la licenciada en Relaciones Comerciales agradeció al instituto todo su apoyo para el desarrollo y crecimiento de las mujeres tabasqueñas, y destacó la oportunidad de brindar estos círculos de reflexión para presentar temas que las empoderen, así como terminar con todo tipo de violencia contra niñas, adolescentes y mujeres.
Explicó que el empoderamiento es el proceso por medio del cual se dota a un individuo, comunidad o grupo social de un conjunto de herramientas para aumentar su fortaleza, mejorar sus capacidades y acrecentar su potencial, con el objetivo de que pueda mejorar su situación social, política, económica, psicológica o espiritual.
“Y el empoderamiento femenino es el proceso que permite el incremento en la participación de las mujeres en todos los aspectos de su vida personal y social. Gracias a él, pueden ser dueñas de su vida e intervenir plenamente y en igualdad en todos los ámbitos de su sociedad, incluyendo la toma de decisiones y el acceso al poder”, afirmó Sánchez Moreno.
Explicó que en 1948, en Nueva York, Estados Unidos, se dio la primera convención de los derechos de las mujeres, pues indignadas por la prohibición que impedía a las mujeres hablar en una convención contra la esclavitud, se congregaron cientos de ellas para exigir derechos civiles, sociales, políticos y religiosos para todas ellas.
Dijo que luego de la Segunda Guerra Mundial, la Organización de las Naciones Unidas crea, en 1946, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, que se convierte en el primer órgano intergubernamental mundial dedicado exclusivamente a la igualdad de género, y en 2010, ONU Mujeres se dedica a trabajar exclusivamente por sus derechos.
La empresaria tabasqueña recordó que el 12 de febrero de 1946, Eleanor Roosevelt leyó una carta abierta en la Asamblea de la ONU, que es una declaración dirigida a las mujeres de sus respectivos países, concluyendo con la cita “que las mujeres reclaman cosas que los hombres olvidan fácilmente”.
Mencionó que en la IV Conferencia Mundial sobre el Mujer, en Beijing en 1995, se tomaron acuerdos para una mayor participación de la mujer en la toma de decisiones, como la mujer y la pobreza, educación y capacitación de la mujer, la mujer y su salud, la violencia contra la mujer, la mujer y la economía, la mujer y el medio ambiente, y la niña, entre otros.
Citó que los principios del empoderamiento de la mujer son: promover la igualdad de género; tratar a hombres y mujeres de igual forma en el trabajo; respetar y defender los derechos humanos y la discriminación; velar por la salud, seguridad y bienestar de trabajadoras; y promover la educación y el desarrollo profesional de mujeres.
También explicó que existen cinco razones para el empoderamiento de las niñas: porque ellas aprenderán a ser valientes, no perfectas; los estereotipos de género se adquieren desde la infancia; contribuye a prevenir la violencia y la discriminación; las niñas de hoy serán las líderes de mañana; y porque el desarrollo sin ellas no es posible.
La ponente expuso los tipos de empoderamiento de la mujer: económico, político, psicológico, educación y social, porque para alcanzar el empoderamiento económico de las mujeres es necesario que se creen oportunidades de empleo dignas y de calidad, y que ejerzan cargos de elección popular o de gran responsabilidad.
Estableció que, de acuerdo a la ONU, empoderar a las mujeres para que participen en todos los ámbitos, resulta fundamental para construir economías fuertes; establecer sociedades más estables y justas; alcanzar los objetivos de desarrollo; mejorar su calidad de vida; y promover las prácticas y objetivos empresariales.
Resaltó que las leyes que protegen a la mujer en México, son la Ley General para la Igualdad de Mujeres y Hombres (2006), Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007), Reglamento de la misma ley (2008), y Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas (2007).
“Y contamos con Redes de Apoyo, como Centros de Justicia para las Mujeres; Comisiones Estatales de Derechos Humanos; Líneas telefónicas e Institutos Estatales de Atención a la Violencia contra las Mujeres; Fiscalías Generales de Justicia; y los Institutos Estatales de las Mujeres”, aseveró.
En su plática, Adriana Sánchez puso el ejemplo de numerosas mujeres que han destacado en diversos ámbitos a lo largo de la historia moderna, como en la ciencia, política, derechos civiles, empresarial, literatura, actrices, aviadoras y profesionistas.
“No obstante todo ello, nos seguimos preparando, estudiando, y trabajando de la mano de instituciones gubernamentales, leyes, amigas, hermanas y nuestras familias”, concluyó.