Calles como Río Grijalva, Hermanos Bastar Sosaya, la avenida Constitución y el propio malecón Carlos A. Madrazo están ometidos a la ley de los franeleros, que con obstáculos como conos y cubetas se apropian de la vía pública e impiden estacionarse en espacios permitidos, cobrando lugares y lucrando con ello.
En un recorrido realizado por Grupo Cantón, en los alrededores del mercado Pino Suárez, se identificó que pese a la abundancia de agentes de tránsito en la zona y la prohibición que el reglamento de Movilidad del estado da a la obstrucción de la vía pública los conocidos como ‘viene viene’ colocan en las calles distintos objetos para “apartar lugar” cobrando por el uso de dichos espacios.
Ricardo Arévalo, un franelero, señaló que “uno viene recibiendo alrededor de 150 pesos diarios nomás de avisar donde hay espacio y pues cuidando sus carros, pero si he oído de compañeros que apartan lugares que fácil levantan unos 300”.
ACOSAN AUTOMOVILISTAS
El uso de estas medidas para asegurar dinero por parte de los “viene viene”, disgusta a la cuidadania, más porque en el caso de los moteros llegan a plantarse justo a un lado de los espacios designados para estos vehículos y pedir dinero, tal es el caso de Alberto Ruiz, que señaló sentirse acosado al momento de llegar e irse.
“Creo que las señales que dan o que te estén diciendo si le das algo en moto pues no sirve de nada porque uno puede ver que hay sin problemas, pero igual ahí quieren estar chiflando, esperando que uno les de dinero, pero más que nos ayuden es molesto que te estén cazando cuando llegas y te vas”, expresó.
SANCIONES SIN APLICAR
Por su parte, el Reglamento de Tránsito prohíbe en su artículo 12 la obstrucción de la vía pública, significando una multa de entre 15 y 20 salarios mínimos, equivalente a una sanción de entre tres mil 105 pesos hasta los cuatro mil 140 pesos, pudiendo alcanzar arrestos de entre nueve y doce horas para los infractores.