La siguiente historia forma parte de la tradición oral del estado de Tabasco, bien puede tratarse de una pieza de ficción o pertenecer al imaginario popular. Algunos de los relatos que aquí publicamos son dados por verdaderos entre quienes afirman haberlos vivido, sin embargo, en la presente sección simplemente difundimos estos contenidos para que nuestros queridos lectores pasen un rato entretenido.
Una niña de blanco se aparece en las carreteras y ataca a las personas, hasta provocarles la muerte, no sin antes hacerles pasar un terror que los lleva a la locura; su proceder es en venganza por lo que le hicieron, lo que comenzó en uno de los caminos por donde ahora anda. Historia que se encuentra en el libro Leyendas de Tabasco.
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Es justo señalar que la historia no específica el lugar preciso de su aparición, sólo que es en las carreteras. “Cuenta la leyenda que hubo un grupo de amigos que, en su auto, iban a la casa de otro amigo”, así comienza la historia, pero en una parte del trayecto algo los detuvo, más por susto que por precaución, no identificaron qué era, a primera vista les pareció un bulto blanco.
El encuentro con la niña de blanco
El temor fue desapareciendo al ver que se trataba de un niña de cabello largo; uno de los que iba en el vehículo se bajó, se dio cuenta que la menor estaba llorando, le tocó el hombro y se miraron fijamente, en un movimiento rápido, la pequeña le brincó, la fuerza del salto tumbó al muchacho, sus manos se dirigieron al rostro de éste; con una fuerza que no correspondía a su complexión le hundió los dedos en los ojos; los amigos del joven intentaron quitársela de encima, cosa que fue inútil y provocó la muerte de uno de ellos.
Tras quitarle la vida a uno y los ojos a otro, se escondió entre los montazales, lo que aprovechó el grupo para montarse en el auto y arrancar para salir de ese lugar. ¡Gran sorpresa!, uno se dio cuenta que la niña -si es que se le puede llamar así- los perseguía. Su velocidad no era humana, era claro que una fuerza extraña la dominaba.
Los asustados hombres lograron salir con vida -al menos la mayoría-; dentro de la unidad llevaban también al cadáver y al herido. El camino los llevó a un edificio que parecía un hospital, pensaron que lo era, ya adentro se dieron cuenta que no. De la nada, aparentemente, apareció una señora, se sintieron aliviados, ayudó al ‘sin ojos’, lo curó. Todo estaba en tranquilidad, la mujer los pasó a una sala. Apenas se estaban recuperando cuando las luces se apagaron, ¡ayuda!, era la voz del joven cegado.
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¡Ayuda! Desapareció un amigo
La luz regresó, pero el chico ya no estaba, sus amigos comenzaron a buscarlo, y en un pasillo encontraron a la niña de blanco, quien extendió uno de sus brazos y mostró la cabeza del desaparecido. Los demás comenzaron a buscar la salida, pero se dieron cuenta que las puertas eran automáticas, y necesitaban una tarjeta para abrirlas.
Aterrados cada vez más comenzaron a buscar el objeto que los sacara del espantoso lugar. Llegaron a una sala y en el centro había una mesa con unos lápices, cada uno tenía unas leyendas, al menos eso parecía, poco a poco fueron dándose cuenta que eran sus nombres. En ese momento, el miedo se apoderó de ellos, completamente.
Por un momento se olvidaron de la tarjeta y comenzaron a correr; tras ellos se escuchaba la risa de la niña. Las luces se volvieron a apagar, al regresar la claridad, aquel ente ya tenía a uno de los jóvenes, comenzó a destrozarlo frente a sus amigos, al mismo tiempo, levantó la mirada, como advirtiéndoles que así terminarían ellos. Repuestos de la impresión siguieron corriendo.
El origen de la niña de blanco
En su huida, el par encontró la tarjeta, sin pensarlo mucho, trataron de ubicar una puerta; las luces de nuevo se apagaron y volvieron a encenderse, el que tenía el plástico en la mano se vio solo, fue en busca de su acompañante, en su búsqueda, pasó por un lugar donde había puros cadáveres en descomposición, el hedor era insoportable. Escuchó un grito: ¡Ayúdame! -no cabía duda, la niña estaba jugando con su mente-, siguió el grito de súplica, y encontró al otro muchacho encadenado, sin vida.
No había más que hacer, debía buscar una puerta y alejarse de ese endemoniado lugar. Encontró una salida, pasó la tarjeta entre la cavidad, y ¡por fin!, se abrió, a pocos metros el auto, se subió y condujo a la ciudad más cercana.
Al llegar, todo sucio, con una cara que mostraba unas grandes ojeras, bajó del auto y al estar cruzando una calle, un taxi lo atropelló, la unidad no se detuvo. La gente fue a tratar de auxiliarlo, uno llamó a los paramédicos, quienes lo llevaron a un hospital, donde murió. En el instante que fue impactado por el carro, vio que en su interior iban la señora que los ayudó y la niña de blanco.
Los que dicen saber el origen de este ente, cuentan que en una ocasión, una niña fue atropellada por un auto donde iba un grupo de hombres en plan de juerga. Al verla tendida sobre el asfalto, en vez de ayudarla, la tiraron a un barranco, pero aún con vida le arrancaron los ojos. Y ahora, ésa es su venganza.