Jaime convirtió el oficio de hacer tamales en una forma de vida

TABASCO.- Es tamalero desde hace 16 años y por la celebración de la Virgen de la Candelaria la demanda de sus productos aumenta como en ninguna otra fecha.

En los días previos comienza el ajetreo, más allá de lo normal. Los enfriadores lucen llenos de masa, carne, hojas de plátano, hojas de chipilín y demás ingredientes. Todas las hornillas de las estufas encendidas y ocupadas por grandes vaporeras, con 100 y hasta 300 tamales cada una.

Dentro de la cocina es un ir y venir de hombres y mujeres que colaboran con él. Unos terminan de preparar los guisos, otros envuelven, algunos más limpian y preparan las hojas de plátano, pican cebollas, tomates y licuan.

“Es cansado porque pasa uno muchas horas de pie, pero es nuestro trabajo y lo hacemos con gusto”, dice Paty Antonio, quien desde hace 12 años se ocupa en la cocina y se ha vuelto una especialista envolviendo los de chipilín, masa colada y frijol.

Antes de 2007, cuando comenzó su negocio, Jaime fue bell boy en al menos tres hoteles en la ciudad de Villahermosa, luego se hizo vendedor de botanas y cuando las inundaciones históricas de esa primera década del nuevo siglo lo dejaron sin empleo, sin saber qué hacer, decidió empezar a hacer tamales para vender.

“El último recurso”, pensó y así le pondría por nombre a su local, un remolque que instaló sobre la avenida Nueva Imagen. “Empecé vendiendo en un Chevy y así iba por las colonias, gracias a Dios el negocio empezó a caminar, me ayudaron muchos amigos, a quienes pedía que me echaran la mano, me tomaban fotos, lo subían a su Facebook y así me fui dando a conocer”, recuerda.

No ha sido fácil, porque emprender tampoco lo es. Hay subidas, bajadas, momentos complicados, días en que apenas lograr completar para los gastos. “El año pasado, tuvimos que parar la producción, porque la venta se nos cayó como nunca, era para el Día de Muertos, metí bastante masa, pero no se dio y paramos. Afortunadamente al día siguiente de la celebración, la gente empezó a comprar y así pudimos sacar nuestra inversión”, comenta.

Para este Día de la Candelaria, Jaime espera vender como mínimo tres mil tamales. Por eso, la cocina y las estufas se encuentran ocupadas y ya no cabe nada en los refrigeradores.

“Este es mi thermoking”, dice sonriendo mientras levanta la puerta de su automóvil, estacionado a la puerta de su domicilio, el cual mantiene encendido y con el aire a todo lo que da, porque dentro, en bolsas, mantiene más de 15 bolsas con masa, lista para comenzar a mezclar.

“Atolar” la masa para que los tamales no salgan duros es clave, revela el experto tamalero de Nacajuca, quien perfeccionó las recetas de su mamá y a ello cree que debe su éxito. Es inquieto, no se cansa, y por ello trata de innovar, de ofrecer algo nuevo a sus clientes, como su rosca de tamal de frijoles, que presume como uno de sus platillos más ricos.

CAJA DE DATOS

UN EXPERTO TAMALERO

Jaime Zentella

Fue botones y vendedor

Desde 2007 es tamalero

Perfeccionó recetas de su mamá

Día de la Candelaria fecha esperada

Prevé vender alrededor de 3 mil tamales

 

OFERTA DE TAMALES

Mil tamales de chipilín

Mil 200 de masa colada

200 de frijoles

600 de maíz nuevo

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