¿Los cuadernos escolares de tu hijo te recuerdan a los jeroglíficos egipcios: estás casi segura de que significan algo, pero no sabes cómo interpretarlos? No te preocupes. Una mala caligrafía es un problema muy común en los niños, pero tiene una solución. Lee algunas recomendaciones y ejercicios para mejorar la letra de tus hijos y así, por fin, descubrir qué están escribiendo.
Métodos para mejorar la caligrafía
Ante todo, ten paciencia y mantén la compostura: gritar y regañar en exceso no son mecanismos con buenos resultados, por el contrario, pueden afectar el estado de ánimo, la autoestima y la salud mental de los menores de edad.
Materiales: un cuaderno y un lápiz.
Elaborar una plana de garabatos. Los garabatos son a libre elección, lo importante de este ejercicio no son las formas, lo que se busca es liberar los músculos de la mano y conseguir mayor libertad de movimiento.
Realiza “ondas” o “gusanitos” en toda la hoja. Es fácil llevar a cabo este ejercicio, solo necesitas hacer un círculo arriba de otro círculo sin despegar el lápiz de la hoja.
Dibuja círculos pequeños a lo largo y ancho de una página, cada figura debe estar separada de la otra. Los círculos deben estar completos y deben ser redondos.
Trazar líneas verticales por toda la hoja en forma de filas, la posición de cada línea debe coincidir con la hilera de arriba.
Escribe tres veces el abecedario tanto en mayúsculas como en minúsculas.
Recomendaciones generales para mejorar tu letra o la de tus pequeños
Escribir bien es un arte y, como todo arte, necesita de dos componentes básicos: teoría y práctica. La teoría la acabas de conocer, la práctica la tienes que realizar todos los días hasta ver los resultados. Con el tiempo, escribir bien se va a convertir en un hábito.
Para conseguir una mejor caligrafía es una buena idea seguir tres consejos de las abuelas:
Número uno, “siéntate derecho”. Espalda erguida, hombros firmes y semblante derecho. Los pies deben tocar el suelo y las piernas no deben cruzarse
Número dos, “la práctica hace al maestro”. Se recomienda practicar una hora al día tres veces a la semana por un período de siete semanas para lograr ver resultados a largo plazo.
Número tres, “no te levantes de tu lugar hasta terminar”. En ocasiones, la tentación por jugar, navegar en internet o mirar la televisión puede provocar distracción, aburrimiento y desidia, lo cual da como resultado ejercicios incompletos o jornadas de trabajo menores a lo esperado. En esos casos, se debe recordar que para aprender se requiere tiempo, dedicación y voluntad. Lo anterior aplica tanto para los niños, como para los padres de familia.
¡Buena suerte! Esperamos que estas recomendaciones y ejercicios te resulten útiles, ahora a practicar con tu hijo o hija, para tener una letra más legible y, aprovechando, pasar tiempo juntos en familia.
Publicado originalmente en El Sol de Tampico
