Aunque sería más probable ver caer nieve en el infierno a que Marcos Rosendo fuera candidato a la gubernatura, lo cierto es que su primer informe legislativo ha sido propicio para el chismorreo político. Más allá de que tuvo poco que informar sobre el quehacer en San Lázaro, su lista de invitados sirvió para cocinar una sopa con muchos ingredientes picantes.
Por un lado, Marcos Rosendo ha afianzado más la prevalencia política del Grupo Bucareli, liderada por Adán Augusto, por sobre la del ‘Grupo May’, encabezada por el director de Fonatur. No sólo se ha declarado como parte de su equipo, sino que tuvo la idea de excluir del evento a quien califica como su “amigo”: José Ramiro López Obrador.
Y aquí empieza lo bueno, porque al ir Pepín con el chisme de que no había sido requerido, de inmediato se generó la indignación del resto de los diputados tabasqueños afines a Javier May y Octavio Romero Oropeza, al grado de no responder a la invitación que el anfitrión les había extendido. Al ‘ventanear’ lo anterior, sin querer queriendo, Medina Filigrana los exhibió como una suerte de cavernícolas políticos, incapaces de tender puentes de diálogo con grupos adversos en Morena. Para decirlo claro: se ve el gran encono que guardan contra Adán Augusto, convirtiendo un diferendo partidista en algo casi personal.
Y sí, la percepción de los morenistas tabasqueños coincide en que ‘Pepín’ es un ingrato. Como se sabe, al inicio de su gestión como gobernador, Adán lo nombró titular de Asuntos Fronterizos, a pesar de lo cual se la pasó meciéndose en la hamaca, sin dar algún resultado favorable.
Dice Rosendo que el hermano del presidente sigue como su amigo, pero lo cierto es que Pepín ya no piensa lo mismo. Vetarlo de su acto no fue un chiste. Aquí, el legislador pecó de tibieza al no fijar su posición con la autoridad del caso. Aunque el jonuteco ha buscado ponerle hielo al asunto, en realidad ha ‘pintado su raya’ con el ‘Grupo May’, corriente que respalda la aspiración presidencial de Claudia Sheinbaum.
Otro error de Marcos Rosendo fue invitar a políticos de otros colores, mandando un mal mensaje al morenismo tabasqueño. El diputado es muy ingenuo si piensa que esa gente llegada de otras siglas va a empezar a ‘picar piedra’. La realidad es que llegan con el interés de un beneficio personal, buscando donde seguir robando del erario y, lo que es peor, desplazando a los militantes que se han partido el alma por varios años, incluso décadas, si se suma la etapa de Obrador en el PRD.
Estos personajes, mal vistos en sus anteriores partidos, se han dedicado a hacer negocios al amparo del poder. Esta es la escoria que algunos, como el caso de Marcos Rosendo, está llevando a Morena, un partido que, al menos en Tabasco, no necesita de supuestas sumas que, en realidad, restan. Y restan mucho.
Pudiendo haber sido un acto morenista de a deveras, al final quedó convertido en un evento donde se mezcló el agua con el aceite. Se provocó a los morenistas de a pie con los ‘fifís’ llegados de otros partidos, porque estos están listos para desplazar a los primeros, para comerse la cereza del pastel; más, ahora que el trabajo duro está casi hecho. ¿Quién asesora a Marcos Rosendo? ¿Por qué semejante despropósito?
A veces hay sumas que restan y este es un ejemplo de lo anterior.