Acuario Mazatlán, el más grande de Latinoamérica

Después de 10 años de trabajo y una inversión privada y pública que sumó mil 800 millones de pesos; este martes fue inaugurado oficialmente el acuario más grande de México y América Latina, llamado Gran Acuario Mazatlán, Mar de Cortés.

Un valor agregado, de alto impacto ecológico, pesquero y social es que este acuario será sede del nuevo Centro de Investigaciones Oceánicas (CIO), donde se contará con investigadores de planta, pero además será una plataforma para realizar proyectos conjuntos con científicos del Centro de Investigación en Alimentos y Desarrollo (CIAD-Conahcyt) y del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La vocación del Gran Acuario Mazatlán es ser un centro de esparcimiento, de educación e investigación científica que reciba a 900 mil visitantes cada año. En su interior vivirán 5 mil ejemplares vivos de más de 200 especies de peces, moluscos, crustáceos, aves y algunos reptiles de ecosistemas costeros. Su estructura ocupa 26 mil metros cuadrados y cuenta con 19 salas de exhibición incluyendo peceras con hasta dos millones de litros de agua que representan desde los ecosistemas anfibios de manglares hasta los arrecifes coralinos y los ambientes de la profundidad oceánica, siempre con un enfoque subrayado a las especies del Mar de Cortés.

La arquitectura del Gran Acuario Mazatlán es obra de la mexicana Tatiana Bilbao, autora de grandes proyectos en China, Estados Unidos, Francia, Guatemala y México, y quien fue considerada desde 2009 como una de las voces emergentes de la arquitectura mundial, por la Liga de Arquitectura de Nueva York.

Entre otras características innovadoras de este proyecto está el hecho de que se trató de una colaboración con 70 por ciento de fondos privados y 30 por ciento de fondos públicos, que buscan enriquecer la oferta turística de este destino del Pacífico mexicano; pero la idea es que la elevada eficiencia de todas sus áreas de trabajo beneficie a los pescadores, los prestadores de servicios turísticos, pero que también despierte vocaciones científicas y un sentimiento de identidad y responsabilidad de las personas hacia la conservación marina, como explicó el director ejecutivo del Gran Acuario, Rafael Lizárraga Favela.

PLATAFORMA CIENTÍFICA

Con ayuda de investigadores, el Gran Acuario Mazatlán desarrolló un proyecto científico con programas de estudio, orientados a la conservación y preservación de la riqueza en la biodiversidad del Mar de Cortés, a través del desarrollo de prácticas sustentables.

Hasta ahora, el CIO cuenta con una estrategia de investigación científica organizada en cuatro programas: 1) Océano inspirador y fascinante; 2) Bienestar animal, 3) Resiliencia y cambio climático y 4) Salud de los océanos y economía azul.

Esos cuatro grandes pilares para organizar el trabajo académico se dividen después en más dos decenas de líneas de trabajo que abarcan temas tan diferentes como reproducción de especies de importancia ecosistémica y comercial, como el robalo o el botete; bioética sobre el manejo de especies en cautiverio, rehabilitación de especímenes rescatados y su reintroducción a espacios silvestres; geolocalización de especies liberadas, comenzando con especímenes de tortugas carey; fortalecimiento de comunidades costeras; adaptación al cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos, entre otros.

“No aspiramos a competir con otros centros de investigación que hay en diferentes lugares del Mar de Cortés sino ser una plataforma de colaboración que reúna y apoye proyectos que ya realizan otras universidades e institutos en la región, con atención a los ecosistemas del Mar de Cortés”, indicó el Doctor Miguel Betancourt Lozano, investigador del CIAD y coordinador del CIO.

El Gran Acuario Mazatlán, Mar de Cortés, firmó ya cartas de intención para realizar proyectos anuales de investigación conjuntos con los acuarios de Valencia, España y de Vancouver, Canadá. Además, en el segundo semestre de 2023 emitirá convocatorias para apoyar con becas a estudiantes que deseen realizar estudios de especialización en ciencias marinas y pesquerías en el extranjero, en periodos de tres y seis meses o varios años, según la pertinencia del proyecto.

Tejen científicos estudios de impacto social

Entre los diferentes retos del Centro de Investigaciones Oceánicas está el hecho de ser pioneros como institución científica mexicana bajo el modelo trabajo público-privado, lo que requiere crear nuevos modos de planeación, financiamiento, formación de recursos humanos, otorgamiento de becas y generación de artículos científicos. Entre los integrantes de la mesa técnico-científica del CIO están: Daniel Fregoso (CIAD); Isabel Abdo (CIAD); Adreissa Páez (Gran Acuario); Catherine Hart (CIO); Raquel Briseño (UNAM); Mauro Tambella (Gran Acuario) y Miguel Betancourt (CIAD y CIO)

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