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Una estrella y un muñeco de nieve de felpa son los decorativos decembrinos que tienen en casa, las paredes forradas de ropa regalada, el techo agrietado, el piso quebrantado y el refrigerador descompuesto son los menores de sus males.
Las canas de Antonio y la vida le han hecho una mala jugada, no consigue empleo; dice que su edad lo ha marginado de la chamba.
“Por mi edad no me dan trabajo”, dijo el hombre de 65 años que busca conseguir el sustento económico de todos los días ofreciendo servicios de pintura, sin olvidar que su esposa tiene anemia.
El próximo 24 de diciembre no harán cena, el dinero les llega a cuentagotas, solo escucharán y verán como sus vecinos del Parque El Jícaro de Villahermosa se la pasarán bien, mientras permanecen acostados en los desgastados colchones que tienen en su dormitorio.
De regalos no piensan, al menos igual que los demás, a lo que aspiran esa fecha es que alguien pueda dotarles de un plato con alimentos.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en su último informe detallaba que en la entidad tabasqueña existen 302 mil ciudadanos bajos los efectos de la pobreza extrema.
El tratamiento médico por la anemia de Magdalena le ha cambiado la vida a esta familia.
“Si apenas y tengo para la medicina, mucho menos pensamos para la cena”, dijo la madre de tres hijos.
